Creo haber soñado hace mucho tiempo haber estado
bailando a oscuras y en silencio, haber llorado en el suelo bajo un
librero al quedar aplastado por cientos de objetos. La verdad estaba
dopado y entre la droga y la imaginación muchas cosas se diluyen.
Recuerdo
haber estado con personas que hace mucho no veía, había de todo;
personas de mi infancia, familiares, compañeros y mascotas. Mis tortugas
conversaban entre ellas rememorando los difíciles tiempos de sus
últimos días, mis compañeros de la primaria estaban presentes,
cuchicheaban cosas sobre mí pero ahora poco me interesaba, también
estaba mi difunta abuela materna, ella conversaba con mi abuelo paterno
sobre mis padres y las dudas que solían tener con ellos, parecían
arrepentidos por varias cosas pero finalmente aliviados.
El
salón era enorme, con pilares románicos por aquí y por allá, con una
barra en una esquina dónde mis tíos parecían estar muy enganchados y
sonrientes. Fuera, un jardín con muchas plantas, arboles y enredaderas
que formaban otros pilares encausados a un pequeño trono bastante
sencillo y sin grandes ornamentos, ahi sentado estaba un niño, muy
elegante con unos pantalones cortos, un pequeño saco y una capa azul
cubriendo su mano derecha mientras, con la izquierda, sostenía una
pluma. Me acerqué a él.
-¿Qué haces aquí? -dijo sin mirarme- Creí haberte visto marchar hace mucho.
-Algo no me no me lo permite supongo, he pasado por aquí un par de veces y nada parece cambiar, hay varias cosas que sinceramente poco o nada me interesan, y ciertamente también quiero marcharme.
- Has intentado tirarte por el váter?
- No creo sea buena idea
- has intentado salir por la puerta??
- Pero sí aquí no hay puerta...
- Ya, bueno, pero bien podrías buscar una, sino ¿cómo han entrado todos ellos? Yo jamás les invité.
-Algo no me no me lo permite supongo, he pasado por aquí un par de veces y nada parece cambiar, hay varias cosas que sinceramente poco o nada me interesan, y ciertamente también quiero marcharme.
- Has intentado tirarte por el váter?
- No creo sea buena idea
- has intentado salir por la puerta??
- Pero sí aquí no hay puerta...
- Ya, bueno, pero bien podrías buscar una, sino ¿cómo han entrado todos ellos? Yo jamás les invité.
Cansado
me senté a los pies del trono mirando a la misma dirección que el niño,
recargue un brazo en el posa-brazos y recosté mi cabeza junto a él. Me
sentí su mascota.
- Tú nunca tuviste
intenciones de hacer esto -dije- hasta la fecha no sabes nada de ellos,
crees saberlo pero sólo de manera general
-¿¿Y qué hay que saber?? Bastante me he enterado con tan sólo mirar; Tíos ebrios que se odian y se envidian, primos estúpidos con los cuales poco o nada de intereses comparto, niñas que idealizan su futuro y niños que no saben cómo actuar salvó por personajes inexistentes que han mirado en el televisor, padres incomprendidos, hermanos ausentes, y viceversa, ¿quieres que siga?... Así es esto, prefiero no mentirnos.
-Pero no me puedes negar que esto se ha vuelto aburrido. Una pregunta ¿Qué tanto sabes de nosotros?
-Lo sé todo.
-¿¿Y qué hay que saber?? Bastante me he enterado con tan sólo mirar; Tíos ebrios que se odian y se envidian, primos estúpidos con los cuales poco o nada de intereses comparto, niñas que idealizan su futuro y niños que no saben cómo actuar salvó por personajes inexistentes que han mirado en el televisor, padres incomprendidos, hermanos ausentes, y viceversa, ¿quieres que siga?... Así es esto, prefiero no mentirnos.
-Pero no me puedes negar que esto se ha vuelto aburrido. Una pregunta ¿Qué tanto sabes de nosotros?
-Lo sé todo.
El
niño nos conocía, molestos con nuestro pasado, inconformes con nuestro
presente y desinteresados por nuestro futuro. Bien podía quedarme ahí
sentado a sus pies hasta que emergiera un nuevo trono para mí. Algún
día, tal vez, sucedería algo, pero aquello era poco probable y estaba
cansado de esperar. Algún día tal vez esto terminaría, un pilar de
pronto cedería y todo empezaría a caer, pero tampoco quería que eso
pasará, quería irme de la fiesta, pero no podía dejar este niño
enfermizo y raro solo, podría matarnos si lo hacía, después de todo era
el rey. Además no había puerta.
Giré la cabeza lo suficiente para mirar su rostro y dije.
-Dime, ¿¿qué tal si me dejas a cargo de todo?? Tal vez pueda mejorar algo.
-¿Y tú qué harías en mi ausencia? Qué sabes tú qué no sepa yo y que por consiguiente puedas hacer diferente? Lo único que puedes hacer es sentarte en este trono y seguir mis pasos tal cómo lo he ido haciendo todos estos años.
- Tal vez pueda empezar por dejar de mirar, bien sabes cómo son todos y nada de trabajo costaría encajar.
- ¿Y cuál es el fin? ¿Qué ganas con manipularlos? ¿Quieres algo que no tengas? ¿Qué pueden darte ellos que sea realmente valioso sí bien sabes que su opinión poco o nada nos importa y es lo único que realmente pueden ofrecer que de verdad es de ellos?
- ...¿Recuerdas aquella chica?...
- ¿Cuál, la del rimel o la de las flores?
- Bien sabes cuál
- Y que tiene?
- La manipulamos, lo hicimos, cada palabra y conversación iba encausada, le conocías mejor que ella a sí misma, nunca dijimos nada al azar, enviamos mensajes mediáticos de distintas formas para lograr fines egoístas y absurdos que ahora poco importan... ¡Lo hicimos, hicimos algo terrible, la enloquecimos y lo sabes, lo hicimos con todas, pero en especial con ella! desde ahí jamás pudimos volver a tener algo tangible que nos mantuviera satisfechos y lo peor es que no derramaste lágrima alguna cuando se marchó... Así que no preguntes que es lo que quieres de ellos que no tengamos ya porque esa respuesta hace mucho que la conocemos...
- ...¿Y qué propones pues?...
- No nos mentiré, es obvio que nunca nos hemos llevado bien con nadie, el aislamiento no hizo mucho bien, tan sólo nos hizo desarrollar un gusto raro por lo peculiar. Pero estoy seguro que hay algo más, algo interesante que nos mantendrá ocupados, lo hemos divisado de vez en cuando, tan sólo hace falta algo de interés. Te propongo que duermas debajo, en el sótano, descansa y ya te llamaré cuando sea necesario.
- ¿Y sí despierto?
- No te dejaré salir, pondré cajas repletas de drogas y placebos que te mantendrán adormecido en lo profundo de este suelo.
El
salón comenzó a temblar, los invitados que nadie había invitado,
comenzaron a gritar. El trono comenzó a deshacerse y a lo lejos se
miraba un ente, algo extraño nos miraba a ambos dudando de aquel
acuerdo, hubo una sacudida en vertical y de pronto cesó.
- Bien -dijo el niño- pues lo hecho, hecho está.
Lentamente
se levantó del trono, miró a sus invitados, abrió la trampilla del
sótano y tranquilamente descendió. Inmediatamente puse un par de cajas
encima, me dirigí a los invitados que nadie invitó y con un breve
discurso los despedí, después subí las escaleras, abrí una puerta y me
marché por fin.
Desperté.
Tenía un librero encima y mis libros dispersos por la habitación.
Empujé el librero, busqué mis cigarros debajo de algún libro, tomé uno,
lo encendí con un par de cerillas, y miré por la ventana para darme
cuenta que el crepúsculo se había vuelto un amanecer.
- YO, Mi otro YO. Diálogos.
- YO, Mi otro YO. Diálogos.