Anoche soñé que me trataban como una mujer.
Sin importar si
decidía ir muy cubierta o destapada aun sentía que no era mi decisión,
porque aun sentía la mirada repugnare al caminar por la calle junto con
opiniones ajenas por las que no pregunté, cualquiera con quien hablaba
miraba mi culo y mis genitales mientras falsamente alababan mi sonrisa... Al
llegar a la escuela escuchaba a lo lejos un comentario de mi cuerpo, no
sabía si para bien o para mal pero la incertidumbre me mataba, me hacía
sentir insegura conmigo y optaba por ignorar.
En las
noches cuando tenía ganas de tener sexo me sentía promiscua y era muy
cuidadosa al dar paso a relaciones sexuales, tenía miedo a
quedar embarazado y que nadie me ayudara, así que sólo me masturbaba en
silencio por las noches, sin tampoco poder mirar porno ya que sólo habían personas de mi sexo siendo cogidos, por otra parte no podía imaginar a un hombre decente con el cual fantasear así que comencé a imaginar a alguien inexistente...
Sentía que era una muñeca viviente,
incluso intenté arreglarme para que los comentarios no fuesen negativos
con relación a mi aspecto, ahora necesitaba de su aprobación para
sentirme completo, pero aquello era contraproducente, se volvían más
agresivos cada vez y en muchos casos sentí que llegarían a la violencia física, tenía miedo de que me violaran, a veces tan sólo
quería quedarme en casa ya que poco confiaba en las personas y era el único lugar en el que me sentía seguro... sentía que
la mayoría sólo quería coger, un "hola" empezó a significar más que eso, me volví
paranoico, enloquecí con los días, me volví violento y las personas se
volvían cada vez más agresivas de manera verbal... cuando ya no supe qué
hacer intenté refugiarme en colectivos de mi genero pero aquello era
sufrir una degradación mayor por parte de otros de mi genero y aun más del opuesto, entonces... entonces... entonces.... decidí matar, matar por desesperación, por algo de respeto.
Cierto día en el metro, esperé alguna persona
incauta que osara rozar alguna de mis piernas, uno lo hizo, le clave
una navaja en el pecho una y otra y otra vez mientras gritaba mi
desesperación a los alrededores, me sentía temido, violento y
prepotente... de alguna forma me sentí libre, pero no era la libertad deseada, ahí tan sólo había gritos de personas y sirenas de patrullas. Los policías entraron al vagón, me sujetaron mientras
aprovechaban para tocarme del pecho y mis genitales, le mordí la nariz a uno mientras le
gritaba "es el precio por tocarme" cerré los ojos
mientras gritaba y me arrastraban por el andén y entonces.... entonces desperté.
Esta tarde salí a la calle y no podía evitar sentir una culpa inexpresable, sentía que había estado haciendo algo muy vergonzoso durante mucho tiempo, tanto que me costó sostenerle la mirada a una mujer...incluso a mi madre.